sábado, 27 de enero de 2007

¿Qué pasará con la Luna?


El Sol se encuentra actualmente en la mitad del proceso de su secuencia principal, por lo que ha consumido ya la mitad de las reservas de hidrógeno. Aproximadamente, dentro de cinco mil millones de años, entrará en fase de Gigante Roja, motivo por el cual, se hinchará tanto, que su atmósfera extendida envolverá a la Tierra y a su satélite, siendo arrastrados por al aumento de moléculas que habrá en la órbita que transitan.

Actualmente, la Luna se está alejando de la Tierra, y para entonces estará en una órbita un 40% mayor que la que hoy tiene.

La Luna se encuentra a unos 385 000 kilómetros de distancia de nosotros.
Nació hace unos 4500 millones de años en una colisión entre nuestro planeta y un planeta hermano del tamaño de Marte.
El enorme impacto lanzó escombros a una órbita alrededor de la joven Tierra, y de este torbellino se formó la Luna.
La gravedad lunar, desde entonces, ha estado subiendo mareas en los océanos terrestres, a las que la rápida rotación de nuestro mundo intenta bajar. El resultado es que la Luna se va alejando de la Tierra unos cuatro centímetros al año y que la rotación de nuestro planeta se está enlenteciendo.
De continuar así, la Luna seguirá alejándose hasta necesitar unos 47 días para completar su órbita alrededor de la Tierra. Y la Tierra habrá disminuido su rotación hasta el punto de que su "día" durará otros 47 días actuales.

Al convertirse el Sol en una Gigante Roja,producirá un fuerte bloqueo en la fuga de la Luna, y muy probablemente asegure que nuestro satélite termine sus días tal como los comenzó: como un anillo de escombros girando alrededor de la Tierra.
A medida que esta región excesivamente caliente se acerque a la Tierra y la Luna, el arrastre causado por la extensa atmósfera solar hará que decaiga la órbita lunar. La Luna se irá acercando cada vez más a la Tierra hasta que alcance una distancia de 18 470 kilómetros sobre nuestro planeta, un punto denominado “límite de Roche”, el punto en el que la gravedad que mantiene a la Luna en una sola pieza será menor que las fuerzas de marea que actúan sobre ella. La Luna quedará hecha pedazos y cada cráter, montaña, valle, huella de botas y bandera se dispersará, formando un anillo espectacular de escombros de 37 000 kilómetros de diámetro (similar a los de Saturno) sobre el ecuador terrestre. El o los anillos que se formen tendrán una vida corta, cayendo finalmente sobre la superficie de nuestro planeta.
Si la fotosfera solar (región del Sol de la que proviene la luz que vemos), alcanza a nuestro planeta, entonces nuestro mundo experimentará también el arrastre y caerá en espiral hacia el Sol, hasta ser incinerado.

Según Lee Anne Willson de la Universidad del Estado de Iowa, el autor de toda esta teoría, pueden existir alternativas naturales.
Así, en el supuesto de que el Sol, en su etapa de Gigante Roja, al expulsar una cantidad suficiente de material antes de que la Tierra se evapore, provocaría que nuestro planeta surja de su crisálida estelar en una forma parecida a la de la Luna. Empendiendo nuestro mundo, sin la compañía de su compañera, una vigilia solitaria hasta que el Sol se convierta en Enana Blanca, que lentamente se irá oscureciendo por millones de millones de años hasta llegar a ser una Enana Negra.
Otra posibilidad es que el Sol pierda un 20% de su masa antes de alcanzar nuestra vecindad. Entonces, tanto la Tierra como la Luna evitarán ser incineradas y permanecerán mirándose fijamente una a la otra por toda la eternidad.
El resultado final permanece todavía en una incertidumbre teórica, ya que nunca se ha observado a una gigante roja durante esa fase crucial.


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